La idea de irse a
vivir a París suena muy bien. Sí, es una experiencia increíble. Es más, estáis
los dos años de Madrid pensando en cuando estéis allí, contando los días para
iros. Es todo emoción y es normal, todos lo hemos sentido, todos hemos pensado
en cómo será París. Os llegará que es muy duro, que la universidad es
imposible y que la gente lo pasa fatal. Hay incluso algunos que cogen
manía a la ciudad y a todo lo que tenga que ver con París.
No obstante, no seréis
conscientes de ello hasta que lleguéis a Paris. Por eso, tenéis que tener una
cosa clara: los años en París son difíciles, mucho. Os tenéis que acostumbrar a
un método completamente diferente, a un ritmo de trabajo que os va a exigir
estudiar prácticamente todos los días, a entregar trabajos todas las semanas y
a afrontar responsabilidades que antes os solucionaban vuestros padres.
Tenéis que ir con la mentalidad de que al principio os esforzaréis, de que
dedicaréis muchísimo tiempo al estudio y, aun así, no veréis frutos, sí, algunos
suspenderéis. Y, psicológicamente, es difícil. Hay mucha gente que se frustra
al ver tanto esfuerzo y pocos resultados. Pero al final, lo conseguís. Si de
verdad os esforzáis, si le dedicáis tiempo, si sois capaces de no desanimaros
aunque al principio no salgan las cosas bien, lo conseguiréis. Da igual que
seáis de liceo francés, de colegio español, bilingües o no bilingües, da igual
que seáis franceses o españoles. El éxito no viene determinado solo por vuestro
nivel de francés, sino por vuestra dedicación. Y esto es una realidad que
veréis en cuanto lleguéis a París. Al igual que hay franceses que sacan muy
buenas notas en España y españoles que suspenden; hay españoles que sacan
buenas notas en Francia y franceses que suspenden. No os cerréis en la barrera
del idioma porque los que os toméis en serio la carrera, la sacaréis, con mucha
dedicación, pero la sacaréis.
Así que eso de que es imposible, de que muchísima gente deja la carrera y
se vuelve a Madrid, es verdad hasta cierto punto porque, si fuese imposible, no
habría tantísimas promociones por delante de vosotros que la
han terminado, ¿no creéis?
Esto no quiere decir que si al final decidís dejarlo sea un fracaso. Al
contrario. El hecho de ir a París, de vivir allí una temporada y de crecer
no solo a nivel académico sino también a nivel personal es un
"plus". Otra cosa no, pero madurar vais a madurar muchísimo y
vosotros mismos lo veréis. Por eso, el fracaso sería no intentarlo siquiera.
Unos acabaréis la carrera en cuatro años, otros necesitaréis un año más, o
los que sean. No es ningún drama. Todos íbamos con la mentalidad de que
si hay que sacarlo en tres años en vez de dos, se saca en tres. Otros,
preferiréis volver a Madrid porque París no es lo vuestro.
En cualquier caso, la experiencia en París os habrá aportado algo a todos y
cada uno de vosotros, da igual cuál sea vuestra situación. Es más, si
preguntáis a los que han acabado la carrera si, a pesar de todo, volverían a
elegir esta carrera, la respuesta de la gran mayoría es la misma: sí.
Es curioso que después de pasarlo mal, de esforzarnos tanto, de agobiarnos y de
incluso frustrarnos a veces, digamos que volveríamos a elegir la carrera
si se nos plantease ¿no?
Además, estaréis en la ciudad de las pastelerías, del vino y de
los quesos, en la ciudad de picnics en la orilla del Sena, de salir a
correr por los jardines de Luxemburgo, de comer un panini en la Place du
Panthéon y de cenar una crêpe en el chiringuito de la rue
Mouffetard. Al final sacaréis tiempo para disfrutar de París, aunque
sea un poquito. Y esos momentos, no los olvidaréis nunca.